¿El ambiente en tu empresa impulsa la creatividad o demanda competitividad hasta el grado de la intolerancia?
La intolerancia y la arrogancia, en la mayoría de las ocasiones, son características de una persona competitiva en exceso.
El costo emocional interno que se genera al trabajar con un colaborador con un perfil así es, en verdad, muy alto. Ahora imagina el impacto cuando se trata del responsable principal de la empresa.
De entrada podemos imaginarnos el ambiente al interior del negocio. Presión, destrucción, tensión, estrés, inconformidad, frustración, cotos de poder, incredulidad, radio pasillo, pésima comunicación, disonancia, y seguramente alta rotación, entre otras cosas. A esto le llamo "CULTURA DEL REGAÑO".
Las preguntas entonces serían ¿Hay empresas así? ¿Qué perfil de empleado puede trabajar en un ambiente destructivo? ¿Qué resultados alcanza la empresa con una organización limitada? ¿Hay en realidad crecimiento?
Todos sabemos que la realidad supera muchas veces la ficción y en mi caso, así ha sucedido. He visto prácticas de supervivencia que se llevan a cabo con más frecuencia de la que uno quisiera ver.
Para efectos ilustrativos comparto las más frecuentes y que las he listado bajo el sugerente título de
1. Muéstrate solidario con la persona regañada, pero nunca en presencia de los consentidos del jefe.
2. Si tu jefe da una orden (cómo si fuera regaño) acátala sin chistar, aunque internamente sepas que no es la mejor alternativa.
3. Mantén un perfil bajo en presencia de tu jefe. Actúa bajo la premisa "No hagan olas".
4. No hagas nada distinto a los establecido por tu jefe, aunque eso significara mejorar.
5. Si algo sale mal, no te muevas y espera a que tu jefe culpe a alguien más, para tu también culparlo (y regresa a la práctica 1). Recuerda la práctica número 3.
6. Si alguien culpa a otro y el jefe está de acuerdo, inmediatamente cúlpalo tú también (y regresa a la práctica 1).
7. Cuídate constantemente de los demás, de lo que dicen y de lo que hacen.
8. No caigas, no hables mal de tu jefe, solo asiente disimuladamente en caso de que alguien más lo haga.
9. Si quieres quejarte, hazlo, pero nunca a título personal.
10. Si tu jefe viene de buenas salúdalo, en caso contrarió aléjate.
Afortunadamente también nos encontramos con el polo opuesto en las empresa, y me refiero a lo que llamo la "CULTURA DEL IMPULSO CREATIVO" y que tiene como premisa HACER Y LOGRAR sin QUITAR y DAÑAR.
Son la confianza, la tolerancia y la voluntad las características del líder en esta cultura y como resultado de un modelo de gestión de este tipo se producirá un ambiente productivo, motivador y creativo al interior de la empresa.
Son equipos de trabajo que disfrutan del logro individual y grupal, son grandes impulsores del trabajo en equipo, crean sentido y orgullo de pertenencia, su comunicación es abierta, crítica y constructiva, y están altamente comprometidos con los resultados.
Imagina por un momento el potencial individual y de equipo en un ambiente abierto y de respeto.
Crear una cultura que impulse la creatividad de los empleados requiere de compromiso y esfuerzo, pero los resultados son magníficos.
Regreso a mi pregunta inicial con un pequeño cambio,
¿QUÉ PREFIERES PARA TU EMPRESA, UNA LA CULTURA DEL REGAÑO O UNA CULTURA DEL IMPULSO CREATIVO?
Eso te corresponde a ti responderlo.
La intolerancia y la arrogancia, en la mayoría de las ocasiones, son características de una persona competitiva en exceso.
El costo emocional interno que se genera al trabajar con un colaborador con un perfil así es, en verdad, muy alto. Ahora imagina el impacto cuando se trata del responsable principal de la empresa.
De entrada podemos imaginarnos el ambiente al interior del negocio. Presión, destrucción, tensión, estrés, inconformidad, frustración, cotos de poder, incredulidad, radio pasillo, pésima comunicación, disonancia, y seguramente alta rotación, entre otras cosas. A esto le llamo "CULTURA DEL REGAÑO".
Las preguntas entonces serían ¿Hay empresas así? ¿Qué perfil de empleado puede trabajar en un ambiente destructivo? ¿Qué resultados alcanza la empresa con una organización limitada? ¿Hay en realidad crecimiento?
Todos sabemos que la realidad supera muchas veces la ficción y en mi caso, así ha sucedido. He visto prácticas de supervivencia que se llevan a cabo con más frecuencia de la que uno quisiera ver.
Para efectos ilustrativos comparto las más frecuentes y que las he listado bajo el sugerente título de
DECÁLOGO PARA SOBREVIVIR LA CULTURA DEL REGAÑO
1. Muéstrate solidario con la persona regañada, pero nunca en presencia de los consentidos del jefe.
2. Si tu jefe da una orden (cómo si fuera regaño) acátala sin chistar, aunque internamente sepas que no es la mejor alternativa.
3. Mantén un perfil bajo en presencia de tu jefe. Actúa bajo la premisa "No hagan olas".
4. No hagas nada distinto a los establecido por tu jefe, aunque eso significara mejorar.
5. Si algo sale mal, no te muevas y espera a que tu jefe culpe a alguien más, para tu también culparlo (y regresa a la práctica 1). Recuerda la práctica número 3.
6. Si alguien culpa a otro y el jefe está de acuerdo, inmediatamente cúlpalo tú también (y regresa a la práctica 1).
7. Cuídate constantemente de los demás, de lo que dicen y de lo que hacen.
8. No caigas, no hables mal de tu jefe, solo asiente disimuladamente en caso de que alguien más lo haga.
9. Si quieres quejarte, hazlo, pero nunca a título personal.
10. Si tu jefe viene de buenas salúdalo, en caso contrarió aléjate.
Afortunadamente también nos encontramos con el polo opuesto en las empresa, y me refiero a lo que llamo la "CULTURA DEL IMPULSO CREATIVO" y que tiene como premisa HACER Y LOGRAR sin QUITAR y DAÑAR.
Son la confianza, la tolerancia y la voluntad las características del líder en esta cultura y como resultado de un modelo de gestión de este tipo se producirá un ambiente productivo, motivador y creativo al interior de la empresa.
Son equipos de trabajo que disfrutan del logro individual y grupal, son grandes impulsores del trabajo en equipo, crean sentido y orgullo de pertenencia, su comunicación es abierta, crítica y constructiva, y están altamente comprometidos con los resultados.
Imagina por un momento el potencial individual y de equipo en un ambiente abierto y de respeto.
Crear una cultura que impulse la creatividad de los empleados requiere de compromiso y esfuerzo, pero los resultados son magníficos.
Regreso a mi pregunta inicial con un pequeño cambio,
¿QUÉ PREFIERES PARA TU EMPRESA, UNA LA CULTURA DEL REGAÑO O UNA CULTURA DEL IMPULSO CREATIVO?
Eso te corresponde a ti responderlo.
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