Cuando, como responsable de un equipo de trabajo, tengo como objetivo fortalecer mi estilo de comunicación de tal forma que esta se convierta en una fuente constante y generadora de motivación, compromiso y reconocimiento para mi equipo de trabajo, debo primero poner especial atención en mi propio comportamiento. La sola intención de abrir un canal de comunicación abierto y dispuesto es un gran avance, pero si mi conducta y mi comportamiento no son “congruentes” con ese objetivo y no alientan e impulsan ese proceso de comunicación abierta con mi equipo de trabajo, es muy probable que el resultado final sea drásticamente opuesto al deseado. ¿Cómo me puedo dar cuenta? Revisa la dinámica de tu equipo de trabajo ante un proyecto determinado; puede ser que la forma en que comunicas los objetivos de un proyecto y los beneficios esperados al concretarse, no impacten poderosamente ni motiven a tus colaboradores. Si esto sucede es muy probable también que no aporten ideas creativas que lo...
Reflexiones de lectura rápida acerca de las empresas familiares